Macabros y sombríos movimientos
se oyen en mis neuronas,
a cuclillas huyes … ¡huyes!
El reloj corre al revés,
mis lágrimas lloran y
mi vida se estruja en un
hondo y eclipsado destino.
Desorbitadas ojeras
arrebatan mi despedida,
ángeles escarchados, vidas alegóricas;
tártaros de miel amarga
me obligan devorar,
no se asusten. Ya estoy muerto.
se oyen en mis neuronas,
a cuclillas huyes … ¡huyes!
El reloj corre al revés,
mis lágrimas lloran y
mi vida se estruja en un
hondo y eclipsado destino.
Desorbitadas ojeras
arrebatan mi despedida,
ángeles escarchados, vidas alegóricas;
tártaros de miel amarga
me obligan devorar,
no se asusten. Ya estoy muerto.
0 comentarios:
Publicar un comentario