Retazo

Modo de lectura: Leerlo como el retazo de historia que es.

La corte en pleno está sobre nosotros, sobre mí y el rey; el opulento salón dorado, los adornos y sus estatuas y la fabulosas pinturas de su cúpula y los oleos, los cortesanos, todos musitan inquietos; infiero que comentan sobre mí y hazañas, del legendario enfrentamiento contra la legión de mi propia estirpe, mi duelo de dados con la muerte y el inexplicable vuelo con el que vencí a El Invencible, patrañas, soy un ser humano después de todo, humano pero también soy eems. (Nota del traductor: la palabra no a podido ser traducida).

El rey se yergue y yo me inclino (no puede ser de otra manera), tras un largísimo y rimbombante discurso a toda la casta de nobles, distinguidos guerreros y religiosos presentes que no pretendo repetir, posa su espada sobre mi hombro y me declara Sir Caballero… (El nombre es imposible de obtener por la edad y deterioro del texto original). Como muestra de su gratitud personal, el rey me obsequia El Anillo que sin demora, inserto en mi dedo índice (Nota: muchas líneas que siguen son ilegibles).

Camino por la calle principal de la metrópolis, la nieve me nubla los ojos y no puedo distinguir las afueras de la ciudad, mientras deambulo atisbo hacia oriente una cristalería de enormes puertas, las muchachas me sonríen; tal ves nunca debí tomar este camino y sólo debí casarme, todo sería mejor, no tendría que vivir escabulléndome de medio mundo y desconfiar de cada líquido que me dan de beber; me aguanto un suspiro.

Alguien ruge a mis espaldas, se me debería erizar los pelos de la nuca pero ni siquiera me inmuto, es más, ya me parecía extraño que tardaran tanto, no hay de que preocuparse, tengo El Anillo en el dedo, no les va a ser fácil quietármelo (Nota: Es incomprensible el porque de la importancia que da el autor a El anillo). No se les ve el rostro ¿será que no
lo tienen? y este en especial luce más luciferino, emprendo la huída pero me siento cuadrado y no puedo avanzar rápido, el clima a hecho mella en mí y mis pies se hunden en la masa blanca; la fuga es brutal, gasté todas mis fuerzas (tanto mágicas como físicas) en la batalla contra El Invencible pero mi ego y mi fuerza de voluntad se sobreponen y mueven mi cuerpo. Diablos, este tiene un arma que se asemeja a una pequeña guadaña pero de dos puntas, lo lanza junto con otro rugido y me veo obligado a esquivarlo usando el brazo derecho como hacen los leopardos con la cola, siento un golpe en la mano, la nieve se tiñe de rojo y contemplo con ojos desorbitados como en medio de la gran mancha escarlata yace mi dedo índice clavado de punta con todo y El Anillo. No puedo darme por vencido, agarro mi propio dedo y pongo pies en polvorosa…


(Nota: Es posible que dada la importancia, El Anillo y El Invencible estén conectados de alguna manera).


2 comentarios:

jonathan nolasco barrientos dijo...

algo de suspenso y algo de misterio(bastante misterio ah!), buenísimo para mi gusto!ojala que el invencible no consiga el anillo, jaja

Deoxyseia dijo...

Quien sabe si consiguió El Anillo y es ahora el emperador de este mundo. Total lo que muestro es solo el RETAZO de una historia.

Gracias por leer!!, que bacán que te haya gustado.